El método de K. Marx

Comenzamos las actividades en el tercer semestre (2017-II) consecutivo del Seminario, con la primer sesión del Bloque 1: Teoría, modelación y metodología en Economía. Iniciaremos con una breve presentación del seminario, para continuar con la discusión que nos reúne esta ocasión sobre el método de K. Marx. Vamos a revisar la introducción a los Grundrisse donde Marx habla del método de la economía política clásica.

Comentar que este semestre nos estaremos reuniendo semanalmente; también invitaremos a algunos expertos para discutir temas metodológicos de la economía.

Presenta Josafat Hernández

  • Marx, K. (1973) Outlines of the Critique of Political Economy (Grundrisse) 1857-1859, New York: Penguin, pp. 25-54. (Introducción)

1. Contexto y relevancia de los Grundrisse de Marx

El texto de Marx que vamos a discutir hoy es parte de unas notas que él estuvo elaborando para aclarar sus ideas. No estaban destinadas a su publicación. De esas notas sacó el material para elaborar una de sus obras más importantes de economía: “Contribución a la crítica de la economía política”. Este libro sería el antecedente directo de lo que después sería su magna obra: El capital. La “Contribución” es algo así como la punta del iceberg de lo que Marx estaba elaborando de manera sistemática. Los “Grundrisse” serían todo lo que había detrás.

Los Grundrisse a pesar de no haberse concebido para su publicación, sin embargo, son relevantes para entender mejor el pensamiento de Marx. En particular, su método. Es ahí donde él expone gran parte de lo que entiende por abstracción, su relación con “lo concreto”, y cómo esta, la abstracción, se debería usar para estudiar de manera científica los hechos económicos.

En los Grundrisse también expone parte de lo que es su visión de lo que es la economía: la ciencia que estudia las leyes que rigen la producción, distribución, intercambio y consumo.

Pero a diferencia de los clásicos, él tiene una serie de diferencias metodológicas importantes: a) en vez de partir de “robinsonadas dieciochezcas” parte del “hombre real”, el cual es situado histórica y socialmente; b) reconoce el carácter histórico del capitalismo.

2. El concepto de abstracción en Marx

El método de Marx a veces suele llamarse “concreto-abstracto-concreto”, pues va de lo concreto a lo abstracto y luego de ahí inicia el retorno hacia lo concreto. Este método consiste en que el estudio crítico de la sociedad inicia con un rasgo concreto de ella, que dado su carácter caótico, dinámico y complejo, este tiene que ser abstraído. Es decir, ese rasgo, nos dice Marx (2005), tiene que ser descompuesto, simplificado y detenido en el tiempo, para lograr entender las determinaciones más sutiles y más simples de esas partes simplificadas de la sociedad.

La “descomposición” de un rasgo de la sociedad se entiende en el contexto de que es posible dividir en partes ese rasgo. Por ejemplo, la población de un país se puede dividir en clases sociales. Estas pueden ser las clases trabajadora, capitalista y terrateniente. A su vez, la clase trabajadora se puede dividir en trabajadores empleados y desempleados. Los trabajadores empleados, a su vez, se pueden dividir por sectores económicos (sector industrial ó agrícola), y estos, a su vez, por género, y así sucesivamente. El resto de las clases sociales se pueden ir dividiendo en diversas partes para estudiarlas por separado.

Esta “descomposición” de la totalidad en partes lleva a considerar que cada parte es una simplificación de la realidad. Cuando se estudia cada parte por separado se hace una omisión de las interacciones entre las partes. Pero no sólo se omiten las interacciones. Lo que también se omite es el paso del tiempo. Es decir, la realidad está siempre en movimiento, siempre se está transformando. Lo que se hace con la abstracción, según Marx, es retener el movimiento de los hechos en el pensamiento. Es como si se tratara de una fotografía.

Posteriormente, se procede a ir integrando cada parte analizada por separado. En el ejemplo de la población de un país, se procede a ir integrando en el análisis las diferentes clases sociales para ver cómo se relacionan entre si. Así llegamos a la noción de “totalidad concreta”. Lo que antes era un concreto impensado que era el punto de partida del análisis ahora, en ese momento de la investigación, ya es un concreto pensado, donde somos consientes de su complejidad. Al respecto Marx dice lo siguiente:

Lo concreto es concreto porque es la síntesis de múltiples determinaciones, por lo tanto, unidad de lo diverso. Aparece en el pensamiento como proceso de síntesis, como resultado, no como punto de partida, aunque sea el verdadero punto de partida, y, en consecuencia, el punto de partida también de la intuición y de la representación (Marx, 2005B: 21)”

El proceso de abstracción, en Marx, nos va llevando desde lo concreto hasta lo abstracto, de lo complejo hacia lo simple, donde cada una de las partes de la totalidad es analizada de manera separada.  Pero la abstracción también se usa para ver qué elementos en común hay entre las partes. Veamos un ejemplo.

3. La teoría del valor y el trabajo abstracto en El capital

Cuando Marx en El capital trata de explicar el proceso intercambio de mercancías señala que, si bien la utilidad de las mercancías es relevante (es decir, su valor de uso) sólo interesan las cantidades de mercancías que se cambian por otras. El “valor de uso” (es decir, las propiedades físicas y sensibles de la mercancía que sirven para satisfacer necesidades humanas) se abstrae para lograr establecer equivalencias. Las cualidades de la mercancía se dejan de lado. Sólo queda la característica cuantitativa, ese algo común que determina la proporción del intercambio. Ahora bien al abstraer el valor de uso sólo nos resta una propiedad que poseen todas las mercancías: todas las mercancías son producto del trabajo. La abstracción del valor de uso de la mercancía modifica también el producto del trabajo. Dice Marx (2005A) que se esfuman todas las características cualitativas del producto (sus propiedades materiales, sensibles) que lo hacen ser un valor de uso. Sólo nos queda una objetividad espectral, una mera gelatina de trabajo humano indiferenciado. Esto ocurre porque junto con la abstracción del valor de uso se desvanecen todas las formas concretas y específicas de los diversos trabajos útiles, concretos, que produjeron esas mercancías. Los trabajos humanos dejan de tener diferencias cualitativas y pasan a tener sólo diferencias cuantitativas al ser todos trabajos humanos indiferenciados. Esto es lo que Marx llama trabajo abstractamente humano[1].

En este ejemplo vemos como Marx, medidante el uso la abstracción, trata de llegar a la esencia del fenómeno, en este caso, del intercambio. Al hacer abstracción del valor de uso se llega a la noción de “trabajo abstracto”, la cual es una categoría clave para Marx para poder explicar el intercambio de mercancías: lo que se intercambia, en realidad, son cantidades de trabajo humanamente indiferenciado. Tales cantidades de trabajo se miden por el tiempo de trabajo socialmente necesario para su producción. La abstracción sería así pues una forma de ir quitando el velo de las apariencias hasta llegar a una esencia (que en el caso de Marx, es la idea de que el trabajo es la fuente del valor). Estas notas metodológicas sobre cómo Marx usa la abstracción se ejemplifica en el siguiente diagrama.

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Para Marx era importante ir del nivel concreto al nivel abstracto, y luego regresar al nivel concreto. Él, a diferencia de los economistas clásicos, no partía directamente del nivel abstracto, donde el proceso de teorizar iniciaba planteando a individuos aislados de la sociedad que producían de manera solitaria, y que después entraban en interacción con otros individuos para intercambiar. Marx (2005C) quería evitar “robinsonadas dieciochescas” porque le parecían ficciones. Por eso Marx (2005C) considera como punto de partida al “individuo real”, social e históricamente determinado, que entra en relaciones sociales independientemente de su voluntad para así poder vivir.

Pero Marx no quería quedarse en un nivel abstracto, sino que él quería “concretizar” su visión llenándola de historia, datos empíricos y sobre todo de llevarla a la práctica. Por eso en una de sus tesis sobre Fuerbarch, Marx (1980) dijo “los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintos modos; de lo que se trata es de transformarlo”.

4. Las leyes formuladas por Marx

Mediante un proceso largo de investigación que le llevó a Marx muchas décadas él llegó a postular  leyes que, según él, gobiernan el movimiento del sistema capitalista “en estado puro”. Tales leyes, expuestas en El capital, son la ley general de la acumulación capitalista, la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia, y la ley del valor. Marx mismo reconoce que estas leyes son, en realidad, tendencias, pues no se cumplen de manera fatalista. Él mismo usó supuestos distorsionantes y clausulas ceteris paribus para poder aislar tendencias. De hecho Marx señala que las leyes que él formuló pueden ser contradichas por la experiencia, que para Marx es el nivel aparencial, el nivel “superfluo” de los fenómenos (el nivel de la percepción). Sin embargo, estas leyes están detrás de  fenómenos del capitalismo tales como la desigualdad, el desempleo, la devastación ambiental, los ciclos económicos y el cambio tecnológico.

La aplicación científica de las leyes de Marx a hechos empíricos concretos requieren del “análisis concreto de la situación concreta”, donde conocer la historia específica de los procesos sociales concretos, los sujetos sociales que forman parte de esos procesos, las relaciones entre ellos y el contexto sociocultural es relevante[2].

Bibliografía:

  • Marx Karl (2005A) El capital. Crítica de la Economía Política, Tomo I, Vol. 1, México: Siglo XXI.
  • _________ (2005B) Elementos Fundamentales para la Crítica de la Economía Política (Grundrisse), 1857-1858, Tomo I, México: Fondo de Cultura Económica.
  • _________ (1980) Tesis sobre Fuerbach, en: Marx & Engels Obras Escogidas, Moscú: Progreso.

[1] Sobre este asunto Marx (2005: 47) dice lo siguiente: “Con el carácter útil de los productos del trabajo se desvanece el carácter útil de los trabajos representados en ellos y, por ende, se desvanecen también las diversas formas concretas de esos trabajos; estos dejan de distinguirse, reduciéndose a su totalidad a trabajo humano indiferenciado, a trabajo abstractamente humano”.

[2] Vladimir Lenin fue un teórico que, con base en las ideas de Marx, se ocupó en hacer análisis concretos de diversas situaciones para sacar conclusiones prácticas que le sirvieran en su práctica política. En una de sus principales obras, El desarrollo del capitalismo en Rusia dice lo siguiente:  “(…) El análisis concreto de la situación y de los intereses de las diversas clases debe servir para determinar el significado exacto de esta tesis al ser aplicada a tal y cual cuestión. Mientras que el método inverso de razonar (…) es decir, la aspiración de hallar respuestas a las cuestiones concretas en el simple desarrollo lógico de la máxima general sobre el carácter fundamental de nuestra revolución, es un envilecimiento del marxismo y una mera burla del materialismo dialéctico” (Lenin, 1972: 11)

 

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